La historia de fanny alejandra sánchez torres
“Dada bicho” dice Fanny cuando quiere decirle a su mamá “te quiero mucho»”. Fanny tiene once años y vive con sus papás y con su hermana Irene, de trece años de edad. Su mamá está muy agradecida de que Fanny haya llegado a su vida, “se suele pensar que tener un hijo con Síndrome de Down es catastrófico, pero no lo es”, dice.
Cuando Fanny nació, todavía no cumplía ni los siete meses de gestación y, aunque todos temían que no fuera a sobrevivir, Fanny era una bebé fuerte y pudo salir adelante. Nadie espera a un niño con Síndrome de Down, y la noticia al principio fue difícil de digerir, pero poco a poco Fanny se empezó a ganar a todos, a acariciarles la cara, a conectar con ellos, a sonreírles y a encontrar un lugar en la familia.
Fanny tiene una gran madurez. Para los habitantes de la casa, es un recordatorio constante para mantener la calma y la alegría. Sabe regresarlos al presente con su ternura cuando alguno de ellos se está dejando llevar por sus emociones. Para su mamá es claro que Fanny no es la única que aprende de ellos sino que ellos también tienen mucho que aprender de ella.
Dentro de sus mayores pasiones, está su pasión por ordenar; tiene sus cajones perfectamente acomodados y recoge siempre todos sus juguetes. Es prácticamente la más ordenada de la casa. Le gusta armar rompecabezas y jugar con plastilina de colores. Limpia y reconoce cuando comete un error y busca corregirlo de inmediato. Se da cuenta de lo que pasa a su alrededor, es muy observadora, juega con su hermana y está perfectamente integrada a su dinámica familiar, hacen paseos en bicicleta –Fanny en su triciclo– y van juntos al súper, en donde ella ayuda a elegir lo que van a comprar.
“Desde el primer momento que llegamos a la Fundación Mosaico sentí que éramos muy bienvenidas”, dice su mamá. Fanny va con gusto todos los días y es cada vez más segura, solita se sienta a repasar y a hacer la tarea y ha aprendido a ser más social y convivir con gente nueva. Griselda está muy contenta con su progreso: desde que va a la Fundación se ha vuelto más ordenada, ha mejorado en su escritura y ya puede asociar objetos con funciones, además de que es cada vez más independiente y ya no pide ayuda para cosas simples como servirse agua o buscar de comer. Fanny ha desarrollado mucha paciencia y ya sabe manejar mejor la frustración. Su coordinación es buena y aunque todavía no sostiene una conversación, su mamá espera el día en el que pueda platicar un poco más con ella.
“Mosaico Down camina de la mano con nosotros, responde nuestras preguntas y nos enseña cómo hacer de nuestra hija un ser humano alegre e independiente”.
Apadrina a fanny
Mamá: Griselda Torres Gálvez
Niña: Fanny Alejandra Sánchez Torres
11 años
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